domingo, 18 de noviembre de 2018

MÉTODOS DE DIAGNOSTICO PARA Tripanosoma cruzi




El diagnóstico se puede hacer con métodos parasitológicos directos en los cuales se observa el parásito en sangre o por métodos inmunológicos indirectos que detectan anticuerpos específicos. Sin embargo, en la práctica, sólo es posible detectar eficientemente la forma circulante de T. cruzi durante la fase aguda de la infección es decir, entre 15 a 45 días post infección, cuando la parasitemia es muy alta, por esta razón en este periodo de tiempo el diagnóstico se realizaría con un simple exámen directo de sangre. En etapas posteriores, como la fase crónica, la parasitemia en general es baja, intermitente o nula, por lo que el diagnóstico de la infección en esta fase se basa, fundamentalmente, en la determinación de anticuerpos específicos contra antígenos de T. cruzi.



Métodos Parasitológicos en casos de Chagas agudo 
En orden creciente de sensibilidad:
  • Gota fresca y gota gruesa
  • Strout
  • Método de capilares (microstrout)
  • Hemocultivo
  • Xenodiagnóstico
  • Reacción en cadena de la polimerasa (PCR)
  • Repetir ambos ensayos
  • Efectuar una tercera reacción serológica
  • Si persiste la discordancia repetir los estudios a los 20 o 30 días.



Métodos serológicos

Las técnicas de diagnóstico serológico se dividen en dos grandes grupos: las técnicas denominadas convencionales, que utilizan como antígeno el parásito completo como es el caso de la inmunofluorescencia indirecta (IFI), o extractos solubles y/o purificados que contienen una mezcla compleja de antígenos como en los casos de hemaglutinación indirecta (HAI) y los ensayos inmunoenzimáticos (ELISA). Las pruebas no convencionales, utilizan por el contrario antígenos recombinantes o péptidos sintéticos en formato ELISA, aglutinación de partículas de gel, immunocromatografía o Western Blot.


Determinación de Ig M e IgG

En cuanto a los anticuerpos en la etapa inicial, son del tipo IgM y son gradualmente reemplazados por anticuerpos de la clase de IgG. Los anticuerpos IgG específicos alcanzan niveles máximos a partir de la tercera o cuarta semana y se mantienen elevados si no se recibe tratamiento. Un resultado serológico reactivo es indicativo de infección y no del estado clínico del paciente. A pesar de los avances tecnológicos de los últimos tiempos, ningún ensayo serológico alcanza el 100% de sensibilidad y especificidad, de manera que el diagnóstico de confirmación se basa en la concordancia de, por lo menos, dos técnicas de principios y antígenos diferentes. Adicionalmente, es preciso realizar pruebas de diagnóstico diferencial con otras infecciones o enfermedades que pueden dar lugar a reacciones falsamente positivas. Es el caso de: leishmaniasis mucocutánea y visceral, malaria, enfermedad del sueño, sífilis, toxoplasmosis, hepatitis, lupus eritematoso sistémico, esquistosomiasis, artritis reumatoide, paracoccidiomicosis, mononucleosis y enfermedades autoinmunes. En caso de encontrar resultados no concordantes entre las dos pruebas serológicas empleadas se recomienda:


  • Repetir ambos ensayos
  • Efectuar una tercera reacción serológica
  • Si persiste la discordancia repetir los estudios a los 20 o 30 días.











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